martes, 6 de abril de 2010

Tomates, churras y merinas (o CAPITULO I)



Hoy has ido a comprar al mercado y en el puesto de frutas y verduras te han dicho que no quedaban tomates. Enseguida has pensado en otras opciones, barajado alternativas: cortarte el pelo de una vez, cambiar de trabajo, decirle que ya no le quieres como antes. Sin embargo, sólo has dicho

― Bueno, ya vendré mañana.

y tu día desde ese momento ha quedado tan triste y alborotado como la ensalada de esa misma noche.