lunes, 17 de marzo de 2008

Algo gordo y bueno se avecina


Fotografía de Eugenio Recuenco

Algo gordo y bueno se avecina, se asoma a las punteras de mis zapatos aburridos de patear latas vacías y oxidadas que prometían algo más que aire.

Yo estoy tranquilo, la excitación de la duda no cabe cuando la evidencia toma posesión de todo lo que entra o sale de mi propio entendimiento. No sé qué es lo que viene, pero sé que viene y que está cerca. Tampoco soy capaz de perder demasiado tiempo (¡socorro, voy perdiendo el tiempo!) cuando no puedo hacer más que sorprenderme de los cotilleos que se traen todas-las-cosas que se cruzan a mi paso; todo lo que anda anda revoltoso ante mi nueva buena estrella. Y todas-las-cosas son todas las cosas, ¡hasta las que no son ni cosas!

El mundo de lo erte y de lo inerte se congratula ante el fin del maleficio que me mantenía fuera del cuento, a una distancia insalvable de mi final feliz.